Hoy ha pasado algo muy extraño en nuestro cole... La seño Ana, al abrir la caja de los nombres para pasar lista, ha descubierto que las tarjetas habían desaparecido y en su lugar había una pelota roja y redonda
que resultó ser la NARIZ de un PAYASO. ¡Y al más extraño aún!¡cuando te ponías la pelota no podías dejar de hacer payasadas!¡vaya risas nos hemos echado!
La verdad es que tenemos un poco de lío con este tema. No tenemos muy claro
dónde trabajan los payasos (en la feria, en la tele, en el CIRCO...) y la
mayoría de nosotros no sabemos cómo es un CIRCO.
Así que familias, queremos pediros que nos ayudéis a investigar sobre este
tema que nos ha interesado tanto. Y, además, nos gustaría decorar nuestra clase
como si fuera un CIRCO. Por tanto, necesitamos vuestra colaboración y
que pongaís vuestra imaginación a funcionar.
Podéis aportar manualidades (maqueta de carpa de circo, por ejemplo);
cuentos, imágenes relacionadas (malabaristas, equilibristas, animales); muñecos
de payaso, canciones, poemas, adivinanzas, películas, documentales, power
points, noticias de periódico sobre el circo; biografías de personajes de circo
famosos/as, puzzles del circo... y todo lo que se os ocurra.
La seño nos ha contado este cuento tan bonito. Aquí lo tenéis para que se
lo volváis a contar todas las veces que quieran y para que puedan buscar en el
texto las palabras TITO, CIRCO, NARIZ, REDONDA y ROJA.
(Guido Van
Genechten)
La historia de Tito enseña a los niños/as el
valor de las personas por quién somos, no por cómo somos físicamente. También
aprenden formas geométricas.
TITO era la estrella del CIRCO Rando.
Actuaba todos los días. TITO jugaba. TITO bailaba. TITO
corría y brincaba. Y cuando se caía, todos se reían a carcajadas.
Un
día, mientras TITO hacía su famoso
número con las pelotas de colores, ocurrió algo extraño…
TITO no se dio cuenta hasta que terminó
su actuación.
- ¡Mi NARIZ!
He perdido mi NARIZ - sollozó TITO.
Por más que la buscó, no la encontró.
TITO fue a la ciudad en autobús para
comprarse una nueva NARIZ. Se sintió
pequeño, muy pequeño cuando la dependienta de la tienda le preguntó:
- ¡Qué puedo hacer por ti?
- Pues…, estoy buscando una nariz – explicó TITO.
- Éstas son las que se llevan este año – sonrió la
joven, ofreciendo a TITO una nariz
cuadrada.
TITO se la probó.
- No –dijo. Esto no es lo que estoy
buscando.
Entonces, la dependienta sacó una NARIZ triangular.
- Tampoco es lo que busco –dijo tito mirándose al
espejo.
Esta vez
sacó una NARIZ con forma de rombo. TITO se la probó.
- No, dijo de nuevo.
Finalmente la dependienta sacó todas las
narices que le quedaban. TITO se las
fue probando. Cada vez que se probaba una, negaba con la cabeza. ¡No encontraba
la NARIZ que estaba buscando!
En toda la ciudad no encontró una NARIZ REDONDA.
“Esto es mi final”-pensó TITO. “¿Quién va a querer un payaso sin
su NARIZ ROJA y REDONDA?”
Esa noche TITO tuvo un sueño. Soñó que un pájaro le devolvía su nariz. Pero
cuando se despertó, seguía sin ella. Desesperado, fue a ver al dueño del circo.
Éste animó a TITO diciéndole:
- Al público le gustas tú y las cosas
que haces, aunque no tengas NARIZ.
- TITO,
no hay espectáculo sin ti –afirmó-. Tú eres la estrella del CIRCO Rando.
Y, entonces, TITO comprendió que el público le quería y le estaba esperando.
TITO corrió. TITO brincó. TITO jugó y
bailó. Y, cuando TITO hacía su
número con las pelotas de colores, ¡sucedió algo maravilloso!
Y
el público no dejó de reírse y de aplaudirle.
Después de contarnos
el cuento, la seño nos ha pintado una nariz roja de payaso en nuestra carita.
¡Mira que guapos y
guapas que estamos!