jueves, 15 de noviembre de 2012

¡Nos ponemos a salvo!

Hoy en el cole hemos hecho un SIMULACRO. Uy, qué palabra más rara, jejejejeje!

Ha salido muy bien, de manera rápida y ordenada y no ha pandido el cúnico... digo... no ha cundido el pánico, jejejejeje!

Teníamos las instrucciones muy bien aprendidas: si escuchábamos la sirena tocar tres veces seguidas, debíamos dejar lo que estuviéramos haciendo y colocarnos en fila rápidamente. La seño tenía que cerrar las persianas, asegurarse de que estábamos todos y todas, coger la lista de clase y tirar de nuestra fila hacia la pista polideportiva, donde estaríamos a salvo en caso de incendio.

Nosotros nos lo hemos tomado como un juego que había que realizar muy bien y ¡lo hemos hecho genial! ¡Sólo hemos tardado en desalojar el edificio 2'45''!
 
 
Aquí os dejo un vídeo de cómo evitar un incendio en casa.
 
Y unos dibus divertidos
 
 
 
 


 


 


Aquí os dejo un vídeo de cómo actuar en caso de incendio en casa.






Y unos dibus divertidos

ADIÓS al CHUPETE y al BIBERÓN


Diversas investigaciones demuestran que los menores que utilizan el chupete o succionan sus dedos durante más de tres años se muestran hasta tres veces más propensos en el desarrollo de trastornos del lenguaje. Los efectos perjudiciales de estas conductas se concretan en dificultades para pronunciar ciertos sonidos de palabras o para simplificar su pronunciación, debido, entre otros factores, a que no se ejercitan los músculos de la cavidad oral necesarios para el habla.

 

Los dos años y medio es una buena edad para empezar a plantearse en serio abandonar el mundo de las tetinas y chupetes.

 

Lo que los niños hacen con los chupetes se llama succión no nutritiva. Y es propia de la especie humana en sus primeros años de vida. Con frecuencia el deseo de "chupar" suele persistir hasta los 3-4 años.

 

El hecho de que haya niños que desarrollen deformidades dentales con el chupete mientras otros coetáneos no lo hagan, probablemente está relacionado con la fuerza de la succión e indudablemente con el tiempo.



Si la succión no nutritiva se mantiene, los dientes centrales inferiores se desvían hacia dentro, mientras que las mismas piezas en la parte de arriba, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera. Con el tiempo los caninos (colmillos) chocan entre sí y ambas filas de dientes no cierran correctamente. Es lo que se conoce como mordida abierta (dientes de conejo).

 

Mordida abierta

 

 Además la acción de succionar pone en función diferentes músculos de la cara, que junto a la posición de la lengua, hacen que las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo, lo que dará lugar a largo plazo a una mordida cruzada.

 

Mordida cruzada

 

Antes de los tres años las lesiones suelen ser reversibles, ya que no se afecta el hueso ni la articulación temporomandibular. Pasada esa edad, las posibilidades de necesitar tratamiento de ortodoncia aumentan significativamente.

 

 

"Quitar" el chupete siempre suele ser complicado. Quizá lo más fácil es desde el principio, no crear una dependencia excesiva y que quede lo más pronto posible limitado a la conciliación del sueño o momentos en los que el niño necesita consuelo. Aún así, hay cierta "crisis" que hay que pasar. Ánimo a los que estáis en esa tesitura, pero no desesperéis y quitadles ya el chupete a vuestros hij@s.

 

Caries del biberón

 

La caries del biberón es consecuencia de la persistencia del chupete o el biberón mojado en un líquido azucarado. La gravedad de la caries está en relación con la prolongación del hábito. Es muy típico de niños que están constantemente con el biberón en la boca o a los que se deja dormir con él. Se puede originar con leche y es muy característico que ocurra con la administración de zumos en el biberón. También cuando existe la costumbre de impregnar las tetinas o los chupetes en alimentos azucarados (miel, mermelada, leche condensada).

 

¡A abandonar ya los chupetes y los biberones!